El pasado año 2023 se estrenó una película más del legendario Godzilla, esta vez de la mano de Toho y, sin duda alguna, ha llegado a ser una digna representante de lo que esta saga siempre ha sido.
Godzilla: Minus One opta por retomar los tópicos que abordaba esta franquicia en sus inicios, alejándose de sus más recientes interacciones americanas. Así pues, esta película tiende más a tener tintes de terror y momentos tanto conmovedores como solemnes.
A su vez, no teme en tocar fibras sensibles sobre la condición humana, mostrándonos lo mejor y lo peor de nuestra especie.
Para ejemplificar lo malo, podemos señalar que aborda el tema de la guerra y lo despiadados que podemos ser al usarnos unos a otros como carne de cañón en pro de un nacionalismo imaginario, y cómo también en nombre del «bienestar social» los que están encargados de cuidar y representarnos llegan a hacer hasta lo imposible por protegerse a sí mismos y mantener su estatus, aún si eso implica mentir y sacrificar a la misma gente que deberían proteger.
Y no solo eso, puesto que también se adentra en el asunto del terror nuclear, tal vez un poco superficial, pero sí que habla de ello. Y es que, si bien no se nos dice explícitamente, sí se da a entender que el Kaiju que vemos aquí es uno creado a partir de la experimentación en dicha rama de la ciencia; de esta forma, nos es más sencillo asimilar a Godzilla como algo más cercano a un desastre natural que a un animal. Por ende, al atacar a las distintas poblaciones no es otra cosa sino la naturaleza mostrando las consecuencias del atroz utilitarismo que se le da a lo nuclear como el arma definitiva y estandarte último de la humanidad en lo que a poder se refiere.
Por otro lado, también enseña la otra cara de la moneda cuando a través de los personajes protagónicos y auxiliares, nos entrega escenas sublimes en las que demuestra cómo el ser humano logra una verdadera unidad y fortaleza inimaginable cuando lucha por causas más nobles y a veces tan sencillas como lo es darle esperanza de un futuro a las nuevas generaciones.
Y no entendamos esto como servirles un mundo feliz en bandeja de plata, ya que se deja bien en claro que saben que parar a Godzilla no solucionará todos los problemas que los aquejan, pero de no detenerlo, sí que ya no habrá opción de mejorar nada. Así pues, «matar» al monstruo solo es el inicio. Será lo que la gente que se queda haga, lo que defina el rumbo de la humanidad y cómo esta pueda seguir adelante construyendo nuevas dinámicas sociales en las que conceptos como pilotos ‘kamikaze‘ sean impensables; o si, por el contrario, deciden entregarse a la violencia y el rencor y ver a dónde los lleva esto.
Al final de cuentas, parece ser que todo lo que sucede en el mundo tiende a ser cíclico y nadie vive lo suficiente como para saber si los sacrificios que se hacen altruistamente el día de hoy tendrán un impacto significativo en 100 años. No queda más que esperar lo mejor y confiar en las personas a las que se les está legando el mundo entero.
Además de lo antes mencionado sobre el análisis del argumento, podemos afirmar que la película también sobresale en su producción. Hace un trabajo que cumple con creces en lo que a lo visual se refiere e igualmente en lo sonoro. Cuenta con varios guiños a otras películas del monstruo que, cuando los notas, son bellísimos añadidos para aquellos más fans.
Por todo lo anterior, podemos concluir que, sin lugar a dudas, Godzilla: Minus One vino en 2023 a demostrar que las películas de monstruos sí que pueden tener un factor humano destacable y que, a final de cuentas, la acción y el terror son medios más que suficientes para contar historias sobresalientes.