Después de una larga espera -para mí- finalmente tuve la oportunidad de ver la última película de Wes Anderson: The French Dispatch. Reconocidísimo director que todxs conocemos por sus peculiares decisiones en la dirección cinematográfica. Debo decir que me encontraba muy emocionade por ver esta película, pero debido a una serie de dificultades que me han sobrepasado gracias a la pandemia he terminado por aplazar mi visionado de esta cinta, y después de haberla vista, me siento impresionado.
The French Dispatch (Cuyo nombre oficial es The French Dispatch of the Liberty Kansas, Evening Sun) es montada con una estructura inspirada, tanto estilísticamente como narrativamente, por la publicación semanal operada por Conde Nast (Editorial reconocida por magazines como Vogue, Bon Apettit, y racismo generalizado en sus operaciones), The New Yorker, una revista de variedades en donde se tocan temas de todo tipo, desde obras de ficción como literatura o columnas de opinión y caricaturas (Política o casual), a diferencia de The New Yorker, cuyo origen desconozco, la cinta cuenta brevemente el origen de The French Dispatch, y nos introduce a algunas de los artículos escritos por los colaboradores de la revista.
The French Dispatch nace como una guía de viaje por Francia, para los lectores de Kansas, dirigida por su editor, Arthur Howlitzer, Jr. (Bill Murray) quien acaba de fallecer y cuyo epitafio sirve como introducción de lo que será su último número de la publicación, tras un pequeño regreso en el tiempo, comenzamos a repasar algunas de las mejores historias del número, asimismo, nos encontramos con los comentarios del editor y sus respectivos autores.
Una pequeña introducción a Ennui, Francia, en donde se desarrollara la historia, un romance entre un prisionero enfermo mental y una guardia de la prisión, una serie de insurrecciones llevadas por los estudiantes, y una reseña del trabajo de un chef interrumpida por un secuestro y una confrontación policiaca.
The French Dispatch me generó alarmas al escuchar las primeras reseñas y críticas que comenzaron a aparecer con el estreno en salas de la cinta, que la describían como inusual en el trabajo del autor, y que parecía, en cierto modo, realizada por alguien más que buscaba parodiar al trabajo del peculiar realizador. Yo, por el contrario, relaciono esto con el hecho de que, desde el primer momento de la película, se vuelve sumamente claro que Wes Anderson quizás haya llegado a un punto en el que posee un control muy fino de su trabajo como realizador, donde la intervención del director es muchísimo más clara que en otras obras del autor. En The French Dispatch nos encontramos paisajes y movimientos realizados con la precisión de un coreógrafo obsesionado con una serie de motivos que hacen de su obra una construcción maximalista, y esto no solo es un hecho presente en el aspecto visual, que es sumamente claro y que caracterizan al autor dentro del imaginario colectivo, sino también en el guion, construido principalmente por medio de voces en off que buscan asimilarse a los relatos que encontraríamos en una revista escrita y dirigida para los autores y lectores de la crema y nata, por supuesto que esto reafirma a Anderson como un autor que sabe lo que hace tanto al momento de dirigir, como de escribir y recrear imágenes, pero que, sitúan a la cinta como una de las más inaccesibles del autor para el público general o que posea dificultades para comprender textos de este estilo en el tiempo que se presenta en la cinta.
La cinta es una partida de muchas de las constantes del cine de Anderson, y que me parecieron hacer de la película una obra de complicada lectura debido a su construcción aún más compleja que otros de los filmes de Anderson, rodeándote de texto, narraciones e imágenes que hacen girar tu atención a puntos que afectan negativamente a la narrativa, por lo que puede tomar un poco de tiempo agarrarle el ritmo o comprender qué está sucediendo, sin embargo, detrás de todo esto nos encontramos una romántica serie de historias sobre distintas formas de amor que resultan ampliamente conmovedoras en distintos niveles.
Estas historias de amor son representadas a partir de construcciones que en cierto modo suelen plasmar a personajes en contraposición, y como es constante en el trabajo de Anderson, son intervenidas por reflexiones e intersecciones que hacen a la cinta sentirse extrañamente poética en un ambiente que se siente expositivo, estas intersecciones pueden difuminar un poco la atención a otros temas, pero tienden a llevarnos a una especie de comedia centrada en el absurdo que es difícil de encontrar en otras obras de Anderson.
Como es de esperarse, la cinta visualmente ofrece excesos, ya que continua siendo maximalista, pero al igual que en obras de Anderson posteriores a Fantastic Mr. Fox, incorporan y mezclan distintas técnicas cinematográficas que resultan por mezclar la animación y la acción en vivo de formas en las que Anderson ya había hecho anteriormente, pero también en formas y estilos de animación que el director no había utilizado en ninguna de sus obras anteriores.
The French Dispatch of the Liberty, Kansas Evening Sun es una de las obras más complejas elaboradas por Wes Anderson, quien mezcla distintas técnicas visuales y de escritura y que llevan a la cinta a un terreno extremadamente inusual que puede complicar la lectura de la obra, pero que resultan en un trabajo tremendamente conmovedor, entrando a terrenos quasi-experimentales aún dentro de los confines del cine tradicional occidental. The French Dispatch continua exhibiéndose en algunas cuantas salas de cine, ojalá tengas oportunidad de verla.