Según ciertos estudios científicos, el conocer a alguien con depresión incrementa las probabilidades de que sus amigos y familiares cercanos la tengan. En nuestras discusiones sobre el tema, solemos ignorar estas tenebrosas sensaciones de la sociedad contemporánea, pero, ¿Qué es la depresión?, ¿Qué me está pasando?, ¿Por qué me siento así?, preguntas que no dejan de repetirse una y otra vez en She Dies Tomorrow de Amy Seimetz.
La protagonista de esta película es Amy, una mujer normal que súbitamente entra dentro de un trance, abrumada por sensaciones de melancolía y miedo. Llama a su mejor amiga, Jane, quien no responde. Las horas pasan, y este ataque de pánico incrementa su intensidad. Amy, escuchando a Mozart en repetición, comienza a deambular por su hogar, caminar por sus jardines, organizar su hogar recién comprado y encontrar una cosmovisión nueva dentro de esta recién explorada sensación, y un descubrimiento que acaba de hacer, ella va a morir el día de mañana.
Al explorar esta cinta, comencé a encontrarme con sensaciones familiares, verme a mi mismo en como sus personajes, en un estilo clásico del género de terror pasan a derrumbarse en pedazos, pero que en un desarrollo más contemporáneo terminan por encontrar cosas que nunca habían visto antes.
Durante su trance, Amy ha dejado de sentir tristeza, rodeada simplemente de nostalgia, melancolía, soledad y agonía, ¿Qué está pasando? se preguntan sus amigos, quienes desean alejarse de ella desde hace mucho, hasta que finalmente, de algún modo, terminan contagiándose de este malestar o enfermedad, o quizás ¿Ya estaba ahí?
Eventualmente, Jane se encuentra con Amy, quien le comenta nuevas sensaciones y emociones que ha encontrado dentro de ella, y como ha encontrado una forma de calmar su tanatofobia, dándose cuenta que no hay cosas malas, ni cosas buenas, las cosas simplemente son, Jane, una artista que hace de fotografía microscópica, se regresa a su hogar, dónde finalmente comprende, al ver a los microorganismos que la obsesionan, el sentir de su mejor amiga.
Este malestar, se va esparciendo de una forma clásica del cine de terror, como una enfermedad, pero una enfermedad no causada por cosas complicadas, no por filosofía moderna sobre la vida y la muerte, un malestar que inicia simplemente con darse cuenta de la existencia quizás, con un «Siempre me han gustado los árboles», con un «No me gusta lavar los platos», la maldición del pensar.
She Dies Tomorrow te sumerge en un trance, donde la narración nos lleva en pedazos, donde recordamos y encontramos a otros como nosotros. She Dies Tomorrow no es una película para todos, sino un trabajo exclusivamente hecho para los melancólicos, para aquellos que al igual que sus personajes, saben que van a morir. She Dies Tomorrow no nos lleva al llanto, sino a un lugar que ya conocemos, nos lleva al agujero del que queremos huir, pero nos ofrece reconforte, amor, un oído que te escucha.
En She Dies Tomorrow encuentro a alguien que me conoce, encuentro que entre estos estados mentales más turbios, puedo encontrar cosas hermosas, puedo redescubrirme, reinterpretarme.
La cinta es un ensayo sobre la depresión, sobre la ansiedad, sobre la enfermedad contemporánea de la soledad, en dónde, al igual que otros filmes que toman el mismo acercamiento como Melancholia de Lars Von Trier, encontramos que nada en el mundo nos hará cambiar, que a veces la vida apesta, vivir apesta, pero quizás eso está bien, quizás con ello encontremos algo mejor a futuro, quizás reconectemos con nuestros seres amados, quizás aprendamos a perdonar al pasado.