Alfred Hitchcock nació el 29 de abril de 1899, pero desde 1922, a una edad temprana, comenzó su trayectoria como director con películas mudas en su natal Inglaterra, sin embargo, fue en los años 40, ya con un gran reconocimiento, cuando se mudó a Estados Unidos y comenzó a crear películas dentro de Hollywood, las cuales han sido de gran importancia dentro de la cultura popular y de la historia del cine, trabajos que lo consagraron como un icono del séptimo arte y, por supuesto, como el pionero en técnicas del género de suspenso, dándole así su apodo: El maestro del suspenso. En este caso, hablaremos de una de sus obras más reconocidas, película difícilmente de arruinar debido a que todos sabemos de qué trata sin necesidad de verla, pues ha sido comentada y referenciada en múltiples medios, creadora de secuelas y de remakes: Psicosis (Psycho) de 1960, basada en el libro homónimo de Robert Bloch.
Psicosis es una adaptación muy fiel al texto, con tan solo unos ligeros cambios. El mayor cambio sería el personaje «principal» o quien inicia la historia: Marion Crane. Una mujer enamorada de un hombre divorciado, o en proceso de, Sam Loomis, el cual por dicho proceso no tiene el dinero suficiente para poder comenzar una vida a lado de su amante. Al inicio de la película conocemos su relación y sus motivaciones, su trabajo y sus deseos. Marion trabaja en una agencia de bienes raíces como una de las secretarias del dueño. Un día, decide irse de ahí bajo la excusa de sentirse mal, para robar el dinero que se supone, debía depositar en el banco. Aunque su personaje existe bajo el nombre de Mary en el libro, no se le da tanta importancia. En la película, su historia se lleva casi la mitad del filme, como una manera de hacernos empatizar e interesarnos por su vida y aspiraciones.
La huida de Marion se ve obstaculizada por varios factores, el primero fue toparse con su jefe tan solo saliendo del pueblo, y otra, encontrarse con un policía después de haberse quedado dormida en su auto a un lado de la carretera al pasar de la noche. Pero la verdadera historia toma lugar una vez que Marion se ve en la necesidad de detenerse tras una noche de tormenta y hospedarse en el motel Bates, uno que no ha tenido muchas visitas desde la apertura de la nueva autopista.
Dentro del motel, Marion se encuentra con Norman, un hombre de treinta-cuarenta años, delgado, tímido e inseguro, quien le ofrece uno de sus cuartos. Pero Norman es un hombre inusual, subiendo la colina en la que yace el motel, está la mansión de los Bates, un edificio espeluznante que trae consigo inseguridad, y desde ella, se escuchan los gritos de Norman y su madre, ella desaprobando la estadía de la mujer, quien no tarda en criticarla como una cualquiera y una sucia inmoral.
Norman regresa con Marion a pesar de los gritos y conviven un poco dentro de la pequeña sala que está detrás de la recepción, en esta conversación, conocemos un poco más de Norman y de su relación con su madre, quien él dice, está enferma. También se muestra el genuino interés de Marion hacia Norman, no de una manera erótica, pero sí de empatía e incluso le cuestiona porque no se ha salido de la casa. Norman responde a esto de manera exagerada y a al defensiva. Por otro lado, conocemos algunos de sus gustos peculiares, tales como la taxidermia, que nos demuestra su interés y apreciación por la muerte.
Ya que se despiden, Marion se va a su recámara, anexo a la sala en la que se encontraban. Norman, gira uno de los cuadros colgados de su pared y descubre un agujero que le permite observar el baño del cuarto, en donde se encuentra la mujer desvistiéndose para tomar una ducha. La escena luego corta a la mujer bañándose, despreocupada, alistándose para el día siguiente en el que saldría y regresaría de donde vino, pues la culpa le impedía seguir adelante con su plan, pero su arrepentimiento llegó tarde, la muerte la encontró primero: detrás de la cortina de la regadera, una silueta difuminada se acerca más y más, hasta jalar aquél plástico y encontrarnos con la silueta de una mujer que pronto ataca a Marion hasta morir a puñaladas, los gritos siguen y siguen hasta caer al suelo y la sangre fluye hacia el desagüe. Así, el origen de la escena clásica de la mujer gritando y los violines chirreando in crescendo.
Para mantenernos en suspense, y no contar toda la historia, mantendré la reseña hasta la parte que todos conocemos y veíamos venir desde el inicio de la película. El asesinato de Marion, cae exactamente a la mitad de la película, creando así, el gran giro de la trama, como lo vimos al hablar de los tres actos; un giro que envejeció muy mal, debido a que es del los recursos más explotados, pero que no deja de sorprender dentro de la narrativa.
La producción de Psicosis no fue bastante costosa, y por ello, fue bastante criticada, la razón de su filmación en blanco y negro no se atribuye a la falta de color, de hecho, la previa North by Northwest contaba con él, pero la decisión del blanco y negro puede atribuirse a una decisión estética, o una decisión económica. A pesar de la primera impresión que causó, hoy en día es una de las películas más famosas de la historia, incluso, la única que se escucha mencionar con frecuencia de Hitchcock a pesar de su extensa filmografía.
Psicosis abrió el camino a varios temas que, hasta entonces, no se habían discutido dentro de la industria de Hollywood: el voyeurismo, el erotismo, la perversión y el asesinato que retrata Psycho, pero aun más importante, dio cabida para el ingreso de nuevos géneros en el cine tales como el slasher con películas representativas como Scream, Halloween, Viernes 13, Pesadilla en Elm Street y la Masacre de Texas las cuales están inspiradas en la secuencia de la muerte de Marion.
Actualmente, Psicosis puede verse en la plataforma de streaming Netflix.
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