Hace ya tres años, llegó a los cines la épica conclusión de unos de los superhéroes más emblemáticos del cine: Wolverine. A Logan lo conocemos desde los 2000, a partir de la trilogía original de los X – Men, que desde entonces ha sido interpretado en la pantalla por el actor australiano, Hugh Jackman, y que por su trayectoria de 17 años con el papel no se puede ver a nadie más como él.
En Logan, se nos muestra una visión más cruda y más fiel a las historietas donde la violencia y la oscuridad tanto de la narrativa como del personaje mismo se hacen presentes: En el año 2029 vemos al mundo muy diferente en comparación con las anteriores entregas, es un lugar principalmente desolado, una versión futurista estilo western del mundo actual en la que ya no se ven mutantes, se dicen estar extintos.
Nos encontramos con nuestro protagonista deteriorado, los años no le han caído bien a quien alguna vez fue el inmortal Logan, pues lo que antes le hizo ser indestructible ahora lo mata por dentro, envenenándolo poco a poco. Ahora, retirado del héroe que alguna vez fue, es un conductor de limusinas para ganar un poco de dinero. Vive en el desierto junto a Calivan, un mutante alvino que tiene la habilidad de rastrear a otros mutantes, pero que ahora sirve de enfermero para el Profesor Xavier, este hombre que alguna vez estuvo en su gloria, ahora lo vemos pasar por una enfermedad neurodegenerativa, aunque la esencia del personaje sigue ahí, al igual que con Logan, a Xavier le ha ganado el tiempo.
Así como sucede en la trilogía original, nos vemos inmiscuidos en una historia que contrapone a los mutantes contra organizaciones gubernamentales, en este caso militares. En este año, conocemos que se hacen experimentos con niños desde temprana edad: los mutantes han dejado de nacer de una manera aleatoria, y ahora desde las clínicas se decide quienes obtendrán estos poderes y ser formados como militares y servir a la nación.
Logan es arrastrado hacia esta narrativa por fuerzas que ahora lo superan. Un día como cualquier otro se encuentra con una de las enfermeras que trabajaban en estas clínicas de mutantes pidiéndole ayuda, salvar a Laura, una niña que comparte grandes cosas con Logan, y quien tiene que ir a San Edén, un lugar casi mitológico en el que se encontrará con otros mutantes esperando llegar a un lugar mejor y dejar atrás todo el horror por el que han pasado. Aunque Logan se niega en un principio a este grito de auxilio, recibe una recompensa que le promete a él mismo y a Charles el plan de retiro que desde hace años desea que termine, pero pronto las cosas se complican y la acción se desarrolla.
Desde la secuencia de apertura de Logan, sabemos que este filme será distinto que todas las anteriores, vemos como el personaje mata a algunas personas de manera gráfica, atravesando con sus garras sus cabezas, las corta a la mitad, piernas y brazos son separados de sus cuerpos. Es una secuencia impresionante que da el tono perfecto de todo lo que está por venir. Desde el guion escrito por el mismo James Mangold (Ford V Ferrari) nos advierte que será una experiencia totalmente distinta y lo cumple hasta el último segundo.
Si eres fan de las películas de X – Men y sobre todo de Hugh Jackman como Wolverine, encontrarás la cinta como una montaña rusa de emociones, pues un vínculo formado por más de quince años llega a su fin en una nota agridulce, todo un camino llega a su fin. La saga termina de manera insuperable e incluso, majestuosa.
Todo el universo X – Men es en pocas palabras, un desorden, y ha tenido altas y bajas desde sus inicios. En el caso de la trilogía de Wolverine, en 2009 cuando estrenó X – Men Orígenes, lo mejor de esta película fue la secuencia de inicio en el que vemos la odísea de Logan y su hermano, Victor, pasar por cada guerra importante desde inicios del siglo XX y como su relación comienza a deteriorarse, pero después se pierde entregándonos por ejemplo la aberración del personaje de Deadpool que todos los fanáticos odiaron y después Ryan Reynolds logró corregir en el 2016 con su stand alone anti-héroe.
Después, en 2013 nos topamos con The Wolverine, o Wolverine Inmortal, donde conocemos a Mangold por primera vez como director de esta trilogía y nos entrega una película con grandes secuencias de acción, pero algunas decisiones desfavorables, como el villano principal, o mejor dicho, la reinvención de este, pero esta decisión, probablemente, hecha por los productores de Fox, quienes parecen ser los mayores villanos de todo este universo.
En 2017, vemos que todo cambió, principalmente porque la película pudo conseguir su clasificación R en Estados Unidos para hacerla lo más real y fidedigna posible al material original. Algo que se logró principalmente pro el éxito de Deadpool al terminar con la idea errónea de que las películas de dicha clasificación no conseguían ser blockbusters. Pero lo que Mangold nos entrega con su visión no es sólo una buena película de superhéroes, sino una de las mejores, y una buen producto en general, fuera de su categoría.
Logan consigue una cinematografía tomada con sumo cuidado entregando cuadros que bien podrían ser pinturas, los planos abiertos resultan agradables hacia la vista debido a la gran puesta en escena que incluso llegan a parecer paneles de historietas. Y si se aprecian de manera Noir, la versión especial, que resulta ser la visión original de Mangold, puede dejar sin palabras.
Más allá de la cinematografía, lo que hace a la película tan especial son las actuaciones de su protagonista y co-protagonista. Tanto Hugh Jackman como Sir Patrick Stewart interpretan dos caras de la misma moneda, dos mejores amigos que en cada segundo pierden una parte de la vitalidad que en los viejos tiempos los caracterizaba. Entregan alegría, coraje y tristeza. Para ambos actores, estos personajes han sido gran parte de su vida, y tanto para ellos como para los espectadores es una despedida, y en cada escena dan lo mejor de ellos, pues no volverán para reencarnar a estos personajes.
Es una pena, entonces, que estas grandes aportaciones hayan sido ignoradas dentro de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas pues en los Oscar de 2018 solo fueron nominados a Mejor Guion Adaptado, y bien merecido se lo llevaron, pero muchos quedaron descontentos con que al menos a Sir Patrick Stewart no se llevara una nominación a Mejor Actor de Reparto pues bien puede ser una de sus mejores interpretaciones del cine debido a la gran vulnerabilidad en la que se ve.
Ahora, los X – Men en su totalidad se encuentran en manos de Disney Studios junto a todo el resto del Universo Marvel. Las historias por venir son inimaginables, pero tienen ya la barrera muy alta y grandes zapatos que llenar, pues la obra de James Mangold, al igual que la obra de Todd Phillips (Joker) demuestran que las películas de personajes de historietas están lejos de ser historias infantiles y se pueden ganar un lugar entre las mejores.
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