Cada año parece que llega a nuestros cines una nueva entrega épica de películas de guerra. En el 2019 la gran película de este género fue 1917 que sin duda habrá de marcar un precedente para las películas de este estilo por el gran trabajo que fue; sin embargo, hubo otra cinta que llegó con un tema similar pero con un enfoque distinto y que ha resultado ser igual de entrañable, estamos hablando de Jojo Rabbit. Cinta escrita, dirigida y producida por Taika Waititi.
La película nos sitúa en los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial, donde los Aliados están a punto de ganar la guerra. Pero Jojo Rabbit, no es tanto sobre ello, sino de la experiencia de un pequeño niño en este contexto tan violento, pero con la inocencia de alguien de su edad: Johanes Betzler, alias «Jojo», un pequeño niño alemán que está entusiasmado por comenzar su entrenamiento para volverse un Nazi de prestigio y convertirse en el guardia personal de su mayor ídolo: Adolf Hitler. Jojo tiene una visión muy particular y satanizada de sus supuestos enemigos, los judíos,y una vez que se encuentra con que una joven judía está viviendo oculta en las paredes de su casa, Jojo habrá de idear un plan de cómo proceder, pues deshacerse de esta chica podría resultar mucho más peligroso de lo que se podría imaginar.
La película es una cinta satírica bastante arriesgada por el tema que toca, de hecho, el director planeó durante varios años su producción y entre los varios problemas con los que se enfrentó fue encontrar un actor que quisiera interpretar al infame personaje; razón por la cual, el mismo tomó el manto como el amigo imaginario de Jojo y Reich de Alemania; y eso es, probablemente lo que necesitaba esta película.
Jojo Rabbit también cuenta con un elenco de alto rango, comenzando con Scarlett Johansson (Marriage Story)como la mamá del pequeño, cuyo personaje es el corazón de la película: Una mujer llena de mucho amor y cariño por su hijo que no está de acuerdo con las políticas nazis de su país y que arriesga su vida debido a las acciones que toma solo para proteger a los que más quiere. Por otro lado, tenemos a Sam Rockwell, un soldado Nazi, retirado por haber sufrido un accidente en su ojo, que no representa al estereotipo; a pesar de tener un supuesto odio hacia los judíos, en el momento adecuado, representa ser alguien más humano. Asimismo, funge como uno de los personajes más divertidos del filme, posiblemente siendo un hombre homosexual por sus interacciones con uno de sus soldados, creando momentos chuscos y tener un extravagante sentido de la moda.
Los pequeños actores también hacen un excelente trabajo. Jojo Rabbit nos ofrece a un mini dúo dinámico conformado por Jojo y Yorki, ya hablamos del primero; Yorki, en contraparte, aunque sale muy pocos minutos dentro de la película, contribuye como el personaje más lindo y mejor amigo de nuestro protagonista. Aquél que tiene los comentarios más oportunos, e incluso sarcásticos pero dentro de la misma línea de la inocencia y la bondad.
Ente cuestiones más técnicas, la fotografía es de lo mejor que hay. Planos que hacen recordar a las obras de Wes Anderson, con una simetría y composición bastante precisas y bellas para contemplar ya sea por la arquitectura que retrata o los paisajes verdes que enmarca. Por otro lado, el diseño de vestuario de esta película es algo que le valió al filme una nominación al Oscar y de hecho fue realizado por la mexicana Mayes Rubeo.
Jojo Rabbit está basada en un libro por el mismo nombre. La adaptación que escribió Taika Waititi fue reconocida como la Mejor dentro de los Premios de la Academia. Y además de la nominación por Diseño de Vestuario, la película consiguió un par más: Diseño de Producción, Edición, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Película del Año.
Jojo Rabbit sigue exhibiéndose en algunos cines mexicanos, pero ya puede ser encontrada en formato Digital.
Esta reseña fue escrita en colaboración con Daniel Barbosa.