Allá por la década de los 60, la empresa de carros Ford se veía bajo la sombra de los automóviles de carrera Ferrari, y aunque Henry Ford II le había ofrecido un trato a Enzo Ferrari en el que él compraba su compañía Ferrari, este no aceptó. Acontecimiento que provocó que el equipo de Ford II decidiera hacer competencia a Enzo. Los autos Ford competirán contra los dominantes en el «Le Man’s 66» ; la carrera de 24 horas de Francia. Para la cinta Ford v Ferrari se tenía a un hombre en mente: Carroll Shelby — interpretado por Matt Damon— un piloto ya retirado que ahora tiene la compañía Shellby, una empresa automotriz que se encargará de construir un auto más veloz que el Ferrari. Shellby a su vez solo podía confiar en alguien para pilotar el nuevo modelo: Ken Miles — interpretado por Christian Bale— un veterano de la segunda guerra mundial y mecánico con grandes problemas de humor.
Hasta este momento se podría pensar en que se trata de una película lenta, nada interesante; una cinta que se construye únicamente sobre el tema de las carreras. Pero la verdad es que no es así. El guion, escrito por cuatro personas, relata la historia de sueños, esperanzas y ambiciones; además de establecer una empatía hacia los dos protagonistas, y crear un interés por el éxito de la compañía Ford.
Aunque Ken Miles no parezca en un principio el protagonista, la realidad es completamente diferente. Un hombre en sus cuarenta, desaliñado, y con un humor impredecible es encarnado por el hombre que ahora sabemos intimida al mismo Joaquin Phoenix (Joker, Don’t worry he won’t get far on foot), Christian Bale, demuestra de nuevo que aunque su papel no requiere de un rango actoral alto, su interpretación no es para nada mediocre. Los deseos de Miles por competir son clave, pero al mismo tiempo su relación tan estrecha y afectiva tanto con su esposa, como con su hijo y con el mismo Shellby son anclas importantes e imprescindibles para que la ruta del héroe se logre.
Otra fortaleza de Ford v Ferrari más allá de su historia llevadera de increíbles actuaciones, es su diseño sonoro: entre los riesgos de producir una película cuyos personajes también son máquinas es el replicar los sonidos de cada una de las partes que se encuentran en un automóvil, y aun más importante, hacer de todos esos miles de sonidos coherentes y hacerlos formar un «todo» completamente realista. Paul Massey, David Giammarco y Steven Morrow fueron los encargados de Sonido esta película y lograron una nominación a los premios de la Academia del 2020. Asimismo, Donald Sylvester fue el editor de sonido que se encargo de formar ese «todo» que es Ford v Ferrari — su trabajo le valió no solo la nominación, sino el mismo premio a Mejor Edición de Sonido en los Oscar 2020.
Aunque su historia es sencilla en comparación con el resto de las nominadas a Mejor Película, la experiencia vale completamente la pena. Una historia para toda la familia que debe disfrutarse en los cines para poder (más que ver) escuchar la obra de varias personas en el formato realizado.
Por último, es importante mencionar que Ford v Ferrari es de las últimas películas producidas por 20th Century Fox después de haber sido renombrada a 20th Century Studios por Walt Disney Studios Motion Pictures.