En el cine actual pocas son las historias dirigidas al público infantil que buscan tener la simpleza absoluta, comprensible para los pequeños, al mismo tiempo que llevan un pequeño pedazo de esa filosofía de paz a la mente de todos, ese es el caso de Ernest et Célestine, una cinta acogedora, amigable y divertida sobre una amistad que rompe paradigmas.
En una sociedad ratonera en las profundidades, vive Célestine, una pequeña ratoncita, en un orfanato. Ella está bastante segura de que los ratones podrían llevarse bien con los osos, sin embargo, los otros niños no opinan lo mismo, aterrorizados por las historias que cuenta La Gris sobre un Gran Oso Maloso que come ratones por bocadillo, Célestine está convencida de que la historia está mal, que no es más que un cuento para aterrorizar a los niños.
La sociedad ratona no es tan distinta a la nuestra, no obstante, está fundada con base en los dientes, ya que sin ellos, los ratones jamás podrían haber llegado a formar su civilización, y no solo eso, sin dientes un ratón moriría muy pronto; esto vuelve la labor del dentista el oficio más importante de toda su ciudad; sin embargo, cuando los ratones terminan rompiendo o pudriendo sus dientes, estos tienen que ser remplazados, para ello, los ratones prefieren los dientes de oso, que son más fuertes y resistentes.
Célestine es una pasante de dentista, y se dedica a recaudar los dientes que los osos pequeños ponen bajo su almohada: una noche sale a la superficie, a la ciudad de los osos, en busca de dientes, pero para su mala suerte termina siendo descubierta por ellos y arrojada por la ventana hacia un bote de basura. No muy lejos de ahí, en el bosque, vive Ernest, un oso que vive en pésimas condiciones, no tiene para comprar alimentos y vive en una cabaña en mal estado, él es un músico, pero sus dotes artísticos de poco le sirven cuando se trata de conseguir dinero.
Ernest, sin capacidades de conseguir dinero, comienza a escarbar los botes de basura en busca de comida, en eso se encuentra a Célestine, él está decidido a comérsela, pero ella recobra la conciencia y le enseña un lugar donde saciar su hambre, el sótano de una dulcería, el oso agradecido permite a la pequeña irse.
Cuando Célestine baja al subsuelo, es castigada severamente, pues va retrasada en su entrega de dientes, y se le obliga a no volver hasta que recaude al menos 50 dientes. Mientras tanto, en la superficie, Ernest es atrapado por el encargado del local y atrapado por la policía, Célestine es testigo de todo, y ofrece liberar a Ernest a cambio de un favor, que la ayude a asaltar un local de dentista, Ernest accede; esa misma noche, roban una cantidad enorme de dientes, por la que Celestine es celebrada, aunque no por mucho, porque los ratones descubren que estaba escondiendo a un oso dentro de la ciudad ratón, prófugos de la ley en ambas sociedades, Ernest y Célestine son obligados a huir juntos y esconderse en el hogar de Ernest.
Ernest al principio es renuente a la idea de vivir con un ratón, pues tiene la idea de que son animales sucios, con enfermedades, una plaga, sin embargo, poco a poco se va percatando de que tienen más cosas en común de lo que pensaban, ambos artistas, ambos con gran ansia de diversión. Pero a pesar de esto, pronto se encuentran con una sociedad en contra de ellos y de lo que ellos representan, que definitivamente es una verdad, que ambas sociedades, aunque a primera impresión separadas viven una relación simbiótica tan grande que ninguna podría sobrevivir sin la otra.
Superior en su versión original, Ernest et Célestine es una cinta corta, dulce y entretenida para los pequeños y sumamente divertida, interesante y adorable para cualquiera: la película llena el corazón de esperanza.
Con una animación impecable realizada a mano con un toque de acuarelas inspiradas en los libros de cuentos, Ernest et Célestine se vuelve toda una caricatura de nuestro propio mundo, así como también se permite experimentar con el medio animado, al menos por pequeños momentos de modos que el live-action jamás podría.
Ernest et Célestine es dirigida por Stéphane Aubier, Vincent Patar y Benjamin Renner, este último siendo mejor conocido por su trabajo en Le grand méchant Renard et autres contes….