Quizás en otros tiempos, el cine habría estado entre las prioridades de los gobiernos, quizás para adoctrinar a los ciudadanos aumentando en ellos un sentido nacionalista, sin embargo, después de sucesos a finales del siglo pasado, muchos cineastas han dedicado su trabajo a mostrar los verdaderos horrores de la guerra, desde Apocalypse Now, hasta ejemplos más recientes como Dunkirk, o la última cinta del aclamado director de American Beauty (Aunque mejor conocido por Skyfall), 1917, estas últimas buscan poner al espectador en la piel de los soldados, sin embargo, 1917 lleva el trabajo aún más lejos, alejándose casi completamente de aquello que aleja al cine de la realidad, los cortes.
Esta película cuenta la historia de dos soldados a quienes se les ha asignado una misión especial, la cual consiste en atravesar el campo enemigo e interceptar a otro pelotón para entregar una carta de la cual dependen más de 1600 vidas.
1917 es una película magistral en todo sentido. Por un lado, tenemos la historia, la cual está basada en anécdotas reales y que resulta bastante efectiva. Aunado a esto, se encuentran las actuaciones que son igualmente sólidas. El cast está conformado por personalidades como George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Andrew Scott y Benedict Cumberbatch, entre otros. Todos dan lo mejor de sí y no es posible encontrarles un fallo.
Por otro lado, está la fotografía, que se encuentra en manos del legendario Roger Deakins, quien hace un trabajo excepcional. Deakins filma varios planos secuencia con un cuidado y maestría absoluta, de tal manera que pareciese que la cinta fue auténticamente filmada de una sola toma; detalle que hace maravillas, pues de esta manera el espectador logra quedar inmerso en el filme y siente que es uno más de los personajes de esta emocionante travesía.
La banda sonora es otro aspecto en el que la cinta destaca y que apoya mucho al sentimiento de inmersión. Thomas Newman —quien también ha sido el encargado del score de películas como American Beauty, The Shawshank Redemption y Buscando a Nemo— compone piezas alucinantes, haciendo que, en conjunto con lo que te están contando y estás viendo en pantalla, evoquen toda clase de sentimientos.
En resumen, 1917 es una película sensacional. Si se tuviera que definir en una palabra, sin dudas sería: épica. Aunque no viene sin sus contras, pues no se presenta como una alabanza a la estructura de la guerra, sino que dirige ese honor a quienes fueron victimas de los intereses ajenos, sin embargo, respecto al conflicto de la primera guerra, 1917 evita tomar bandos, e incluso ve con una mirada negativa a los honores y premios que incentivaban a algunos hombres y simplemente se presenta como una historia de un hombre que quiere salvar a otros.
