Agosto 1, 1966 era un día normal en el campus de la Universidad de Texas. Claire, una joven embarazada y Tom, su novio vivían un día como cualquier otro, decidieron dirigirse al estacionamiento para poner una moneda en el parquímetro. Comenzó una discusión sobre si el bebé se estaba nutriendo correctamente, de repente la conversación se cortó, un estruendo sonó en los aires, el mundo perdió su color. Claire cayó al suelo, y a los pocos segundos Tom lo hizo muerto a su lado. Detrás de ellos, en lo más alto de la torre del campus, alguien estaba disparando a quien viera pasar y rápidamente el horror paralizó a todos. Tower cuenta aquella historia vivida en el 66, una verdadera historia de horror para muchos, un relato pocas veces repetido de cómo a veces los peores eventos pueden sacar lo mejor de las personas.
Seguimos a distintas victimas del tirador, una estudiante embarazada que pasó incontables horas sobre el asfalto herviente esperando la muerte; un repartidor de periódicos que fue derribado de su bicicleta y un vendedor que salió a ayudarlo; un policía que temió demasiado al inicio, una joven demasiado asustada para salir, otro policía que estaba en descanso; un par de chicos que decidieron salir por curiosidad y un reportero de radio que informaba todo lo que estaba ocurriendo.
La historia se desarrolla por medio de la voz en off de cada uno de los personajes, quienes van narrando a detalle la forma en que se desarrollaron los eventos del primero de agosto, estos van acompañados de material de archivo de ese mismo día, y de dramatizaciones animadas en rotoscope de sus historias, enfocadas en realmente representar a estas personas en su día a día.
La película no solo se dedica a narrar los eventos, sino que también entra en lo más profundo de las mentes de sus narradores —lo que sentían, lo que temían, lo que perdieron y lo que esperaban—, va de un personaje a otro de modo que la experiencia se mantenga emocional e intensa en todo momento. Y jamás dedica ni un poco de empatía a quien generó esta tragedia, ni siquiera se menciona su nombre, porque es más valioso pensar en aquellos que sobrevivieron y solucionaron el problema que en aquellos que lo causaron. Pero sus narradores sí se preguntan, ¿Qué puede llevar a un hombre a desarrollar tanto odio?
Tower es un documental profundamente emocional, donde personas de verdad relatan el horror y el miedo que vivieron por la ira de un hombre con quien no tenían nada que ver, no obstante, en momentos de crisis es donde la verdadera personalidad de las personas sale a la luz, y que tanto aprecian el bienestar ajeno al propio. También puede ser catalizador de un miedo, porque al final en cualquier momento puede pasar; sin embargo, la cinta no termina como un relato triste, sino como un recordatorio de que siempre hay gente buena en el mundo, que a pesar del horror, hará su mayor esfuerzo por el bien ajeno.