En esta ocasión vamos a hablar de la más reciente película de la saga Star Wars, película final de esta nueva trilogía y además de la franquicia completa —por lo menos al momento—. Hablaremos, pues, de Star Wars: The Rise of Skywalker. Para esta nueva entrega, que viene a ser el episodio IX, vuelve J. J. Abrahams —director de Star Trek (2009), Super 8 (2011) y Star Wars: El despertar de la Fuerza (2015)— como director y guionista, acompañado de todo el elenco que se ha tenido desde el episodio VII: Adam Driver, Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Carrie Fisher, Mark Hamill, Domhnall Gleeson, Lupita Nyong’o y un largo etcétera.
Para The Rise of Skywalker nos encontramos con la resistencia, encabezada por Leia quien, en compañía de Ray, Fin y Poe, hace lo posible por mantenerse a la altura del reto que es ganar la batalla contra la Primera Orden, la cual ahora está a manos de Kylo Ren. Rey y compañía tendrán que hacer lo posible por derrotar a Kylo y al ejército enemigo, pero esta vez será aún más difícil que antes pues ahora la Primera Orden tienen a un nuevo aliado que, podría ser el enemigo más poderoso al que alguna vez se han enfrentado los rebeldes: el Emperador Palpatine. Tendremos el enfrentamiento final entre los rebeldes y la primera orden para saber si, de una vez por todas, será posible traer el equilibrio a la fuerza o ganará el lado oscuro.
Dentro de las cosas buenas, The Rise of Skywalker viene con un gran apartado técnico. Los vestuarios y el maquillaje son geniales; los efectos visuales y prácticos son despampanantes; el manejo de cámara y la banda sonora son impecables y te maravillan por momentos con secuencias muy fluidas y alucinantes. Es un verdadero deleite el poder apreciarlos en la gran pantalla.
Además de lo anterior, podríamos mencionar que saben hacer «Fan Service» de primer nivel, dándole relevancia y un buen tratamiento a personajes icónicos de la franquicia. Esto en conjunto de actuaciones de primer nivel por parte de todo el elenco, hacen que sea una experiencia “interesante” de principio a fin.
Para entender por qué decimos “interesante”, debemos de entrar ya en los puntos negativos y es que, pese a lo mencionado anteriormente, no todo es miel sobre hojuelas. Esta novena entrega de Star Wars tiene varios fallos importantes. En primer lugar, tenemos el guion el cual no es la gran cosa y conduce a los personajes —más precisamente a los personajes que recién se introdujeron en esta nueva trilogía— por rumbos bastante cuestionables, haciendo que la resolución de varios de ellos se sienta apresurada y en algunos casos forzada, dejando un sabor agridulce por más que los actores den lo mejor de sí.
También tenemos que mencionar lo “conveniente” que resultan muchas cosas. Fueron varias las ocasiones en las que todo coincidía mágicamente para salir bien, logrando con esto que nunca sintamos que nuestros personajes se esfuerzan demasiado para lograr sus objetivos y que no están en verdadero peligro, lo que, claramente, les resta bastante peso a las partes más intensas. Esto va de la mano con el mayor fallo de esta entrega: no se propone algo nuevo. Este filme carece de ideas verdaderamente originales y las contadas que tiene se sienten con fundamentos muy débiles. Por si fuera poco, The Rise of Skywalker parece tomar mucho de otras películas de la misma franquicia y de otras como Harry Potter o Avengers, hecho que, si bien no la demerita del todo pues los adapta de manera que se sienten bastante orgánicos, sí nos hace cuestionarnos sobre el empeño que se le puso a esta entrega.
Ya por último, no podemos omitir las respuestas que da a las preguntas que tenemos desde que inició todo este nuevo arco de historias. Son respuestas muy pobres que, a su vez, nos generan muchas más preguntas que no parece nos vayan a contestar en un largo tiempo, y es que para cuando finaliza este episodio aún quedan varios cabos sueltos que seguramente serán explotados en un futuro con nuevas películas, series, cómics u otros contenidos.
En resumen, no cabe duda que Star Wars: The Rise of Skywalker cumple como buen final y es una película bastante disfrutable por lo dinámica, sin embargo se queda en eso. No es grandiosa, ni sobresaliente y escasea en los momentos épicos a los que la saga nos tiene acostumbrados.