Nada habla mejor sobre la situación actual como el arte que se produce, en los últimos años, México ha visto la producción de montones de ficciones y documentales que giran en torno a la terrible realidad que se vive en México. Ya sea en ficciones como Cómprame un Revolver o filmes de no ficción como Tempestad o La libertad del diablo, encontramos a un México desolado y controlado por el crimen, tan solo en este año ha habido un alza amplia en los indices de violencia, y estamos ya a cinco años de la desaparición de los 43 normalistas. En Soles Negros volvemos a repasar esta y otras tragedias más, en un recorrido de sangre que se extiende por toda la república, especialmente en Ciudad Juarez, Ecatepec, Ciudad de México, Veracruz, Tamaulipas y Guerrero.
México vive dentro de una historia de terror, un país carente de todo color en el que todos parecen tener una historia sobre la violencia, sin embargo, algunas heridas son más profundas que otras. Es difícil comprender el dolor de todos aquellos que cuentan sus historias, sin embargo, al ver la imagen desde lejos, uno puede darse cuenta que nadie se libra de esos males y que estamos rodeados por ellos.
Periodistas y activistas asesinados bajo el cobijo del Estado, femicidios practicados como deporte, estudiantes desaparecidos, algunos asesinados y otros forzados a trabajar, migrantes masacrados quizás por comisión o quizás por beneficio; eventos que solo terminan por intensificar la desconfianza en las autoridades, y estos dos factores sumados, quizás nos hayan traído a nuestra situación actual. Soles Negros es una cinta difícil, tan confusa como el tema es en la realidad, inolvidable por la potencia de sus imágenes, me gustaría poder expresar todo lo que representa en mis palabras, pero me siento tan abrumado que me siento incapaz de hacerlo.