Ingmar Bergman fue un director sueco que hizo las mejores películas en su tiempo, y que influenciaron a muchísimos directores más.
En esta ocasión, revisaremos la película más confusa, controvertida, y la mejor para muchos, «Persona» estrenada en 1966. Cuenta la historia de dos mujeres, Alma y Elisabeth. La primera es una enfermera que conocemos el día en que Elisabeth llega al hospital debido a que se ha quedado muda de la nada en medio de una actuación. Bajo esta catatonia en la que se encuentra, una doctora les pide a las dos que se vayan a una casa por la playa, tal vez de esa manera la actriz pueda mejorar.
Pero no es así. La relación entre las mujeres se vuelve muy peculiar desde un inicio. Elisabeth al no hablar, hace que Alma no deje de hacerlo, de pronto se vuelve una dinámica de terapeuta y paciente, y la enfermera que se supone iba a cuidar de ella, termina siendo resguardada por ella.
No es sólo eso. Está claro que hay cierta tensión sexual entre las protagonistas, aunque no es explícito, fue una de las razones de su censura en el pasado, y bajo está relación ya más erótico-afectiva, comienza una de co-dependencia, de proyecciones, expectativas, y toxicidad llevada al más puro nivel psicoanalítico posible, tocando temas como el «vampirismo» que se denota poco a poco hasta hacerlo de la manera más visual posible en la escena final.
La película además, toca los temas de orgía, abortos, y maternidad, de la manera más sombría que se pueda creer, y no es visual, no se representa de esa manera, solo es una persona, hablando de todo esto, con la tranquilidad del mundo, pero al mismo tiempo siendo devastada por ello.
Por eso es que Persona tiene uno de los mejores guiones que alguna vez se han hecho. Bergman resulta ser un maestro en cuanto al entendimiento de la condición humana y refleja en los diálogos que elabora el terror inmaculado de uno; lleno de existencialismo y, al mismo tiempo, el deseo reprimido, el encasillamiento que algunos de nosotros podemos vivir; mostrando solo una máscara de lo que realmente somos – este siendo el verdadero tema de la película.
El filme recuerda a otros clásicos como Psicosis de Hitchcock, de hecho, esta fue estrenada seis años antes que la obra sublime de Bergman. Incluso cuentan con escenas algo similares, cuyo contexto no contaré para no arruinar la historia.
La dinámica de las protagonistas se vuelve cada vez más peculiar, pero es el lenguaje cinematográfico de Bergman lo que verdaderamente perturba, como la ya mencionada sobre el «vampirismo», pero además… En aquellos tiempos, las reglas cinematográficas no estaban tan consolidadas como lo son hoy en día, por esto, encontramos varias cosas en esta película que ya no se ven, al menos en productos comerciales: escenas repetidas desde otro punto de vista, los planos no tan simétricos y en realidad sin posible categorización en la norma de hoy en día , pero que en realidad ayudan a llevar la narrativa a otro nivel… el ejemplo más notorio serían las secuencias iniciales y finales: un niño observando todo desde un proyector, uno que se funde de vez en cuando y deja ver entre destellos las imágenes más perturbadoras de toda la película.
Se dice que Persona es la película que está en el Monte Everest del análisis cinematográfico, y es que sí, yo tampoco la he comprendido del todo, pero hay varios análisis ya hechos que pueden ser encontrados en línea si necesitan ayuda para aclarar sus ideas.
Como un último dato curioso, la escena más icónica de esta película (la encabezada de esta reseña) fue hecha con la ayuda de un espejo, esta película fue realizada antes de que existieran los programas de edición, por lo que se las tenían que ingeniar de la manera más práctica posible.