Dentro de nuestra selección de los mejores filmes de la década, para el año 2011 tenemos como representante a uno de los directores más emblemáticos, realizador de grandes obras, algunas incluso consideradas como clásicos o de culto. Esta vez, hablaremos de una película dirigida por Woody Allen y protagonizada por Owen Wilson: Midnight in Paris o en español, Medianoche en París.
Medianoche en París no solo cuenta con Owen Wilson como una personalidad reconocida. Rachel McAdams, Marion Cotillard, Kathy Bates, Michael Sheen, Tom Hiddleston, Adrien Brody y Corey Stoll son algunas de las actuaciones que acompañan a Wilson en esta historia fantástica que le significó a Woody Allen el premio a Mejor Guion en los Premios de la Academia del año 2012.
Antes de entrar de de lleno en la reseña es importante señalar que durante los años 20 París fue el centro artístico,cultural donde residieron reconocidos artistas como: Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Gertrude Stein y Luis Buñuel. Una época de esplendor y vanguardias que cualquier alma romántica hubiera querido presenciar en las calles de Francia. Precisamente Medianoche en París retrata la vida de Gil Pender, un hombre soñador y prospecto a novelista, que en compañía de su prometida, Inez ( Rachel McAddams), deciden visitar la capital francesa. En uno de los tantos recorridos nocturnos, Gil se encontrará con un grupo de desconocidos que lo transportará a la década de oro de París, donde conocerá a sus grandes ídolos, y reflexionará sobre el presente que vive a lado de Inez.
Definitivamente Medianoche en París es un tributo a los grandes artistas del siglo XX y a la ciudad del amor, por lo tanto, los espacios juegan un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos. En la noche las calles parisinas cobran vida por sí solas y el elemento fantástico que advierte la apertura del umbral entre el presente y el pasado se representa con una pequeña carroza que lleva a Gil a los grandes centros nocturnos de la capital. Asimismo la comedia que adereza esta película es amena e intenta entablar algunas cuestiones como la idealización de un pasado mejor en las distintas épocas, así como las relaciones de pareja.
Hablar del pasado, en especial con datos verídicos como la biografía de un autor, es una tarea difícil. Se pueden mostrar cosas que en realidad no sucedieron por falta de información o por dar las cosas por hecho. A veces, simplemente, para crear una historia original. Es de esta última manera que Woody Allen, nos presenta algunos anacronismos con respecto a momentos de la vida de los artistas interpretados en el filme, así como algunas locaciones que en realidad siguen existiendo, pero se cambiaron para poder desarrollar el argumento.
Otra cosa que hace resaltar a Medianoche en París en particular es la música. Empapada de canciones de la época de los 20 (o cercanas a ella) cada minuto en cada secuencia que envuelven al espectador en el ambiente afrancesado por el cual se estará inmerso la hora y media de duración.
Del mismo modo, un pequeño pero a la vez gran detalle, es la introducción al filme mismo, algo muy típico del estilo de Allen; el tener varios planos de establecimiento que, en este caso, ilustran varias calles y lugares importantes de París, presentando la belleza del mismo, y haciendo creer que se está de visita con los protagonistas.
Como conclusión Medianoche en París es una comedia sumamente disfrutable por su corta duración, así como por la originalidad de su guión, siempre acompañada de música excepcional, grandes actuaciones y referencias artísticas/ literarias, que si bien parten del imaginario del guionista, ayudan a contextualizar una época importante del siglo XX. En pocas palabras es una cinta que todo amante del arte y la literatura debería ver acompañado de alguien especial.