Inglorious Basterds (2009) dirigida por Quentin Tarantino

Honor a quien honor merece, y en esta ocasión es a Quentin Tarantino a quien debemos dar una ovación de pie y aplausos por lo menos durante cinco minutos . Es imposible no reconocer a Tarantino como uno de los cineastas con trayectoria más notoria en su haber. Tiene un estilo único para hacer cine, cada una de sus películas derrocha calidad en distintos rubros, ya sea en las historias y su manera de narrarlas, sus elencos de lujo y diálogos inteligentes, sus locaciones bien cuidadas y aprovechadas en su totalidad con fotografías impecables, entre muchas otras cosas.

En realidad, hablar de Quentin Tarantino es hablar de una leyenda, y es que él mismo se ha encargado de que así sea. En cierta entrevista el cineasta anunció que su retiro sería después de realizar su décima película, ya que considera que con el tiempo los directores pierden el toque y quiere retirarse mientras aún sienta que es bueno. Lo anterior ha hecho que siempre que surja una nueva película suya, esta se convierta en el foco de atención y es que cada nuevo proyecto suyo significa que estamos más cerca del final de su carrera.

Esta vez, vamos a hablar de su sexta película: Inglorious Basterds, película estrenada en el 2009. El filme nos cuenta dos historias al mismo tiempo. Por un lado, nos presentan a Shosanna Dreyfus —interpretada por Mélanie Laurent—, una mujer que ha sabido reponerse de todo lo que la vida le ha tirado que, es importante mencionar, ha sido mucho. Sin embargo, por ciertos asuntos se debe enfrentar a fantasmas de su pasado y en esta ocasión buscará una manera de salir mejor librada. Por otro lado, nos encontramos con la historia de los Bastardos, un grupo militar estadounidense encabezado por el teniente Aldo “el Apache” Raine —interpretado por Brad Pitt— y contando en sus filas con reclutas judíos y estadounidenses. Este escuadrón tiene una misión especial la cual busca concluir con la guerra y para ello tienen un plan ingenioso; plan que, sin embargo, se va a topar con cientos de obstáculos que demandarán toda la capacidad que tienen los Bastardos.

En lo personal la película me atrapó desde sus primeros cuarenta minutos que, cuando la vi por primera vez, sentí que tan solo habían pasado diez y es que la química entre todos sus personajes es inmejorable, las relaciones que hay en pantalla las crees al cien por ciento —tanto en las escenas felices como en aquellas de tensión, violencia y tristeza—; sin duda alguna, todos en el elenco hacen un trabajo magistral. Y ni hablemos de la cinematografía y el diseño de producción que fueron cuidados minuciosamente, haciendo que este filme sea un verdadero placer visual de inicio a fin.

Hasta el momento en que se redactó esta reseña el director cuenta con ocho películas —y estamos en víspera de la novena, Once upon a tine… In Hollywood — de las cuales son pocas a las que puedo poner una mala calificación, ya que en verdad se nota en cada una de ellas el cariño y la pasión que le imprimen aquellos que están involucrados, logrando así entregarnos películas de gran calidad y que sin duda son un gran legado por parte de Quentin Tarantino. Inglorious Basterds, por lo menos para este escritor, es su mejor obra hasta ahora.

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