Desde el exitoso estreno de Frozen, ya sabíamos que pronto Disney lanzaría una secuela para esta, si bien, la primera cinta fue bienvenida con buena cara por los críticos y el público, las reseñas tardías señalaban que la película inspirada en «La reina de las nieves» de Hans Christian Andersen, tenía sus puntos débiles. Frozen 2 busca remediar todos esos pequeños detalles y ampliar la mitología del reino nórdico de Arendelle, en esta ocasión, inspirándose también en las culturas indígenas de los Estados Unidos.
Cuando Elsa (Idina Menzel) y Anna (Kristen Bell) eran pequeñas, los reyes les contaron una historia sobre como el Bosque Encantado expulso a todos los que lo habitaban, para no dejar entrar a nadie nunca más. Todo comenzó con una ofrenda de paz que el antiguo rey de Arendelle hizo a los Northuldra, por medio de una presa. Sin embargo, la paz no duró mucho, pues ese mismo día se suscitó la lucha, haciendo enfurecer a los espíritus elementales de la tierra, aire, agua y fuego, cerrándoles las puertas a todos aquellos que desearan entrar al bosque. Todos aquellos quedaron perdidos en el bosque, excepto el joven Príncipe Agnarr, futuro padre de Elsa y Anna y ahora rey de Arendelle, fue salvado por una persona misteriosa, sin embargo, advierte a las pequeñas princesas que algún día volverán los espíritus a causar estragos y que deben estar preparadas.
Actualmente, Elsa y Anna viven una vida sumamente feliz, y nada parece poderlo cambiar. Kristoff, por su parte, desea proponerle matrimonio a Anna, pero su inseguridad no le permite encontrar el momento correcto, y Olaf solo se pregunta como será ser más grande y sabio. Elsa desea con todo su corazón que las cosas no cambien, sin embargo, una voz continúa persiguiéndola, un deseo que ella no podrá calmar y que terminará por despertar de nuevo a los espíritus que, en su ira, echarán a todos de Arendelle por la fuerza. Elsa se ve forzada a tomar acción de nuevo, pero sabe que será muy peligroso y que no puede asegurarse de que si sus amigos la acompañan vayan a salir con vida, aun así, Anna logra convencerla de que todos se embarquen a lo profundo del bosque con el objetivo de salvar al reino.
El bosque es un lugar misterioso, lleno de neblina al que pronto descubren que está lleno de espíritus hostiles que buscarán atacarlos, también se encuentran con los Northuldra y a un grupo de soldados de Arendelle, quienes han estado atrapados desde el terrible evento en el bosque.
Hace ya unos seis años que se estrenó Frozen, y se aprovecha la oportunidad para ofrecer una aventura mucho más interesante que la original, expandiendo el universo en el que sus personajes viven y dotándolo de un fascinante mundo con seres mágicos y diversas historias que sin duda echan a andar la imaginación. A su vez, destaca al dedicarle un tiempo a una preocupación bastante moderna, el cambio, el deseo que todos poseemos de que las cosas no cambien, o el miedo a que no lo hagan. Invitándonos a incitarlo: en especial si las bases en las que se sustenta nuestro presente son erróneas. Se presenta como un relato emocional y sumamente sensible, el cual ayuda a establecer a sus personajes y hacerlos desarrollarse de un modo que ningún otro personaje de Disney había tenido antes y se permite expandir este deseo de esperanza que todos las publicaciones de Disney, en casi cualquier medio, han buscado fomentar.
Claro, Frozen 2 no deja de ser un músical, al igual que su antecesora, y su banda sonora está repleta de patrones y movimientos ya presentados en la primera entrega y se permite descarriarse un poco para echarnos referencias ochenteras por aquí y por allá, su tema principal Into the Unknown presenta una digna sucesora al legado de Let it Go, y tanto Idina Menzel como Kristen Bell, ofrecen interpretaciones extraordinarias en cada una de las melodías de la película, y también actuaciones llenas de personalidad, chuscas y naturales aún cuando Anna sea presentada en esta ocasión como un personaje menos torpe y gracioso.
Como es común en los trabajos animados más recientes, Frozen 2 se permite salir de la realidad, e irse a aquello que solo puede existir en la animación. Escenas fuera de la realidad que en ocasiones abandonan el CGI a favor de la animación tradicional. Frozen 2 también es una cinta preciosa, con gran atención al detalle, a las texturas físicas y a cada fragmento que hicieron que la original dejara la animación tradicional en favor del CGI, el constante uso de patrones en los vestuarios se hereda de la original, y estos son llevados al borde del realismo, recalcando el gran trabajo, y quizás demostrando la gran capacidad tecnológica que el estudio más grande de animación posee.
Frozen 2 entrega a una sucesora digna, con una historia quizás más seria que la original que consagra a la perfección una sensación de satisfacción por la forma en que desarrolla a sus personajes, a su mundo, y entrega un nuevo cierre — y quizás entrada — a un mundo que en un inicio fue pequeño y terminó volviéndose enorme.