Fantastic Mr. Fox es una película Stop Motion del 2009 dirigida por Wes Anderson. Las voces que dan vida a los personajes son: George Clooney como Mr. Fox, Meryl Streep como la Sra. Fox, Jason Shcwartzman como Ash, el hijo de estos, Bill Murray como el tejón y muchos otros artistas reconocidos.
Está basada en el libro del mismo nombre escrito por Roald Dahl, quien también escribió libros tales como Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda, Jim y el Durazno gigante y Las brujas; Sin embargo, más de la mitad de la película está escrita por el mismo Anderson, pero sin darte más detalles puedes dar clic aquí para conseguir el libro y leerlo por ti mismo.
Bien, entre los toques clásicos de Anderson nos topamos con una comedia algo incómoda: comentarios extraños seguidos de silencios que te hacen sacar una que otra risilla y luego otros momentos que de verdad te hacen reír: todos los personajes son muy extravagantes, no solo Mr. Fox, pero también encontramos cosas hilarantes en criaturas como el Tejón y la Zarigüeya. Los diálogos no son aquellos del libro (salvo por aquella pequeña canción que introduce a los villanos principales Boggis, Bunce y Bean). El filme está repleto de cuestiones filosóficas con bases en el existencialismo como el ser, la náusea, la autorrealización y más. De esto verdaderamente trata la película.
Mr. Fox fue alguna vez el ladrón más audaz de la historia, robando desde pavos hasta pichones de los granjeros, pero tuvo que dejar eso atrás: ahora con la señora Fox esperando a un hijo no podría correr el peligro. Sin embargo, 12 años (en zorro) después, harto de su monótona vida como autor dentro de una revista, decide volver con plan maestro, uno que hará enfrentarlo con los tres villanos principales, y tenga que reunir a un equipo de todos los animales cerca. Y es que no importa que tanto intente comportarse a tener una vida normal, él sabe que, por dentro y, esencialmente, es un animal salvaje.
Y es aquí donde entra este descubrimiento de sí, o mejor dicho, redescubrimiento y aceptación, tanto de sí mismo, como hasta de sus miedos – que en una escena un tanto extraña podemos observar su enfrentamiento a su mayor fobia, la aceptación e incluso la superación hacia su sí mismo realizado.
Dejando la trama atrás: es la primer película animada de Anderson (la segunda siendo Isla de Perros estrenada el año pasado). Aunque no es tan ambiciosa como la siguiente, la obra presenta una belleza en su aparente simplicidad: muchos planos generales de los animales transportándose de un lado a otro, muchos close-ups a los personajes para enfatizar las emociones concebidas de cada uno de ellos y bueno, todo lo que sueles conocer del director, pero con animación, el cuidado en los detalles de Anderson son más notorios en esta obra: todos los planos simétricos, los colores adecuados y los movimientos de cámara que te atrapan y hacen de la historia una muy llevadera hechos en una película que fue tomada fotograma por fotograma, donde absolutamente todas las locaciones y objetos fueron hechos por varios trabajadores durante semanas, creando así un espectáculo visual, sencillo, lindo y a la vez profundo de un simple cuento para niños de los setenta.
