Dont’t Breathe es una película de suspenso del 2016 dirigida por Fede Álvarez, cineasta uruguayo que nos ha traído Evil Dead (2013) y The Girl In The Spider Web (2018). El director tiene un estilo muy singular para contar historias y sus proyectos han tenido un recibimiento bastante bueno, aunque en lo personal me quedo con Don’t Breathe como su película insignia porque es la que más he disfrutado, además de que me parece un propuesta más que interesante a lo que el género de suspenso se refiere.
El filme nos sitúa en Detroit y nos cuenta la historia de Rocky, Alex y Money —interpretados por Jane Levy, Dylan Minnette y Daniel Zovatto, respectivamente—un grupo de jóvenes que se dedican a robar casas y vender lo que de ellas toman. Se nos plantea que llevan un buen tiempo realizando atracos y que con estos esperan reunir el dinero suficiente para poder irse a otra ciudad, cada uno por sus motivos particulares. Un día se enteran de una oportunidad imperdible que consiste en entrar a la casa de un exmilitar y robar alrededor de trescientos mil dólares que el hombre había recibido como indemnización por la muerte accidental de su hija. El trabajo parece sencillo, el sujeto vive solo en un vecindario casi deshabitado y, como cereza del pastel, es ciego. “El atraco más sencillo” se podría pensar, pero si algo nos han enseñado todas las películas de suspenso es que no se debe nunca subestimar a la “víctima” —más si es Stephen Lang quien lo interpreta— ya que de un segundo a otro los papeles se pueden invertir y pasas de tener el control de la situación a ser quien intenta sobrevivir de ella.
La película dura apenas 88 minutos, casi hora y media, pero maneja tan bien sus tiempos y crean atmósferas de tensión bien logradas que se te va volando el tiempo y ni te das cuenta cuando ya estás en el último acto. Además de lo anterior, otra cosa que vale la pena remarcar son los personajes que están bien construidos, Stephen Lang y Jane Levy hacen un trabajo fenomenal y tienen una química inmejorable como cazador-presa, puedes disfrutar totalmente las escenas de persecución y también aquellas de diálogo que, aunque son pocas, nos demuestran que tienen un trasfondo bastante mayor al que podemos creer en un principio. También hay que mencionar —e incluso agradecer — que cuenta con un par de plot twist que son genuinamente originales y hacen que la trama tome rumbos mucho más interesantes. Por último, la fotografía no es nada despreciable, al contrario, es sobresaliente ya que tiene unas tomas impecables y unos plano secuencia que de haber sido más desarrollados hubieran sido impresionantes.
Ciertamente no es la película más compleja en lo que al género de suspenso se trata, pero sí es inteligente, tanto en su apartado técnico como en el de contenido, de manera que cumple muy bien con lo que nos ofrece, siendo entretenida y manteniéndonos al filo del asiento en todo momento, aunado a un ritmo trepidante y con uno que otro giro argumental inesperados.
Sin duda alguna, Don’t Breathe es una película que vale la pena ver, además de que ya está confirmada una secuela que probablemente termine de pulir y engrandecer más lo que hizo tan memorable a esta.
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