La verdad es que esta película no es lo que aparenta. Ves su póster y te imaginas una comedia romántica cualquiera que tendrá sus lindos momentos, líneas cliché y te sacará una que otra sonrisa. Destination Wedding no puede alejarse más de esa realidad: una película íntima, embarazosa, en la que los protagonistas, Keanu Reeves y Winona Ryder, solo se expresan, hablan de sus vidas, se mofan de ellas, exteriorizan sus inseguridades, y, últimamente, se vinculan, reflejando la verdadera esencia de lo que es compartirse el uno con el otro.
La boda de mi ex, como fue traducida al español, pues ya dice mucho, pero a la vez nada de la película: en un viaje hacia la boda de su ex, Winona Ryder, quien interpreta a Lindsey, se encuentra con Frank, interpretado por Keanu Reeves, dentro de un aeropuerto y comienzan a charlar. Desde ese entonces, sabes que será una experiencia inusual: solo serán ellos dos durante una hora veinte minutos, y no se relacionarán con ninguna otra persona, es su experiencia, es su historia, y no importa nada más. Los caracteres opuestos, pero simpatizantes de cada uno hará de este intercambio de ideas una película muy real, de la que te sentirás incómodo, pues parece que estuvieras enfrente de completos desconocidos en la vida real que solo hablan y nunca dejan de hacerlo.
Los planos utilizados dentro de la película son sencillos: generales, abiertos, medios, cerrados. No hay planos secuencias ni coreografías ostentosas. Es lo que es, una simple y bella historia montada de la misma manera. Grabada en tan solo diez días, es impresionante la calidad que presenta, destacando igual, la habilidad actoral de los protagonistas para entregar personajes humanos, con diálogos muy inteligentes, puros, y de verdad extensos sin salir de personaje.
No se puede decir más de esta película además de que es una experiencia con una bocanada de aire fresco y bella dentro de sus propias peculiaridades, que tal vez, siendo honestos, no pueda gustarles a todo, pero algo que, sin duda, todos deberían ver, y otros directores y/o guionistas deberían atreverse a contar.
