En esta tercera y probablemente última entrega nos encontramos en Berk tan solo un año después de la segunda película. En vez de ser narrado el inicio como siempre por Hipo, ahora entramos enseguida a la acción.
Con los amigos de siempre, Patapez, Patán, Brutilda, Brutacio y Astrid; rescatan a los dragones de un barco en el que vikingos los habían atrapado. Sí. Esta historia es una continuación directa de lo sucedido con Drago Manodura en la segunda parte.Una vez rescatados los dragones regresan a casa, y la típica narración de Hipo es más el discurso de bienvenida a los dragones.
Berk ahora tiene una sobrepoblación. Y es que no solo es que vivan los dragones ahí, sino que también tienen sus propias casa y esto acapara mucho espacio. Aun teniendo a Chimuelo como Alfa de los dragones, es dificil mantener todo bajo control.
Ante esta nueva necesidad por encontrar un nuevo hogar, Hipo recuerda las historias que en el pasado su fallecido padre, Estoico, le contaba sobre un mundo perdido, por allá en los límites de la tierra, de donde provenían todos las especies de dragones y que pretendía dejarlos encerrados ahí. Hipo no sigue ese plan, sino que piensa que tanto el pueblo de Berk como sus reptiles deberían irse hacia allá.
Para esta historia nos encontramos con otro cazador de dragones como antagonista: Grimmel, el mejor de todos, aquél que ha cazado y terminado con todos los Furia Nocturna, excepto uno. Esta persona en realidad no quiere domar a todos los dragones como Manodura lo quiso, sus ambiciones no son tan grandes. Solo quiere el trabajo hecho.
Regresando con nuestros protagonistas, mientras que Astrid e Hipo son incitados a casarse para gobernar «como se debe» a Berk y no ser un blanco fácil para todos los enemigos que se han ganado rescatando dragones; Chimuelo encuentra a su propio interés, de su misma especie solo que alvina, una Furia Luminosa.
La mayoría de la película se concentra en la relación de los dos dragones, los Furia, como lo dice Grimmel, son monógamos, y además, estos ya son los únicos de su especie, por lo que su unión concebiría la salvación de la misma.
Bajo este nuevo interés, Hipo tiene que aprender a dejar ir a su mejor amigo, o al menos, a pasar menos tiempo con él y aprender que puede seguir haciendo grandes cosas por sí solo, sin su dragón, pero debe confiar en él mismo primero.
Este filme es una muy buena conclusión para todos los personajes y la isla de Berk. No muestra un argumento con tantas capas como lo fue su antecesora, por lo que tal vez esa será aún la favorita de muchos; pero está más llena de lindos momentos, de esos que te dejan sensible y con un buen sentimiento en el corazón. Es una linda despedida que termina con 9 años de realización entre una historia y la otra, que si te quedas a los créditos y ves todos esos montajes de las películas pasadas, podría sacarte una lágrima.
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