A Star is Born (2018) – La industrialización de la individualidad

A Star is Born es una película que salió el año pasado. La primera dirigida por Bradley Cooper y la primera protagonizada por Lady Gaga. La historia comienza con el concierto de Jackson Maine (Cooper) y desde el principio estás consciente de lo que verás en esta película, o al menos te das una idea, porque las cosas van cambiando poco a poco. Con esta primera canción (que fue grabada en vivo ) ya sabemos también que Bradley Cooper está haciendo un gran trabajo como director, demostrando que sí es merecida su nominación a Mejor Director.

Por otro lado, tenemos a Ally, una chica que trabaja en un Bar Drag, en el cual es mesera y también performer, ya que a las mujeres del lugar aman su voz. En dicho bar, conoce a Jackson quien solo tenía la intención de tomar un trago y salir de su rutina; Sin embargo Maine se enamora de ella a primera vista, y ella parece no molestarle su compañía.

El personaje de Lady Gaga está parcialmente basado en ella, y es que Ally cree (al igual que su papá) que no será famosa porque no tiene la apariencia adecuada para ello, muy a pesar de su talento. Así hasta que Jackson le pide que vaya con él a uno de sus shows donde la invita a cantar una canción que Ally interpretó para él fuera de una tienda de autoservicio. Esta sería «Shallows», la principal y más famosa de las piezas de la película que solemos escuchar en todos lados recientemente. Es así como el inicio de la carrera de Ally comienza a ascender.

Ally es contratada por una disquera y todo su estilo comienza a cambiar, afectando su relación con Jackson quien además tiene problemas con el alcohol. La industrialización que se ejerce sobre Ally tanto en su aspecto como personalidad, además de ciertas claras envidias ocasionan bajas y altas dentro de la relación que lleva con su hermano y manager Bobby (Sam Elliot).

Es por aquello mismo que, en un inicio, crees de qué irá la película. Puedes pensar incluso leyendo este pequeño resumen que se tratará de un drama romántico cualquiera con música de por medio, pero lo que hace Nace Una Estrella (cómo va su título en Latinoamérica) es ir a lo que pasa con Hollywood, lo que pasa con la individualidad de las personas, y además, algo más humano y más globalizado: la frustración con uno mismo, el autocastigo y la desesperanza que algunos de nosotros vivimos siempre, sin saber cómo mejorar, y sí mejoramos, no saber cómo seguir el paso.

A Star is Born funciona de dos maneras, con dos historias más que perpendiculares, que mientras la vida de una aflora, la del otro decae, haciéndose de melodías y contramelodías respectivas a las primeras. Teniendo una historia prácticamente melancólica, ambos actores logran dar lo mejor de sí en todas las escenas, expresando la intensidad, vigor, exasperación y desconsuelo llegando a contagiarnos sus emociones; razones por las que tanto Cooper como Gaga han sido nominados por su actuaciones.

Otro factor importante de esta película, y la más obvia, son las canciones. Jackson Maine, el papel de Cooper, es un cantante de Country, de aquél clásico más acercado al Rock que al Pop. Y lo que lo hace brillar es la voz de Bradley, que nadie jamás creyó que cantara de esa manera. Y por otra parte, el Pop poco a poco más industrializado de Ally, llevado a cabo por Lady Gaga de quien ya sabemos su rango como cantante.

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